Querida Elisa:
Naciste justo cuando salió el sol entre los nubarrones grises de una día oscuro de primavera, fue unos minutos antes que se escondiera definitivamente el sol en el atardecer de Santiago. Entró la luz con tonos rojos y morados, que llenaron la habitación de parto integral donde viste la luz por primera vez. Fue hermoso! Estabas despierta y tan tranquila, tomaste mi índice con tu reflejo prensor y seguías con cara de asombro mirando el atardecer iluminado que se colaba por la ventana. Cuando te llevaron para revisarte, se escondió el sol detrás de la cordillera de la costa. Nunca he necesitado una foto para recordar ese momento con precisión.
Creó que el sol te vino a recibir, y nos pusimos tan contentos que llegaras, que nos regaló ese atardecer con luz natural aunque fuera por unos minutos. Te voy a seguir contando ese día, aunque se que te lo he dicho antes, para que la memoria nos siga acompañando por el camino.
Han pasado 9 años de ese día.
Te he visto crecer cada día más bella, recuerdo tus rulos rebeldes y tu mirada siempre feliz, caminando sin temores para darnos esos abrazos apretados, que solo tu sabes dar. El tiempo pasa y ahora nos cuesta acomodarnos para hacer una figura perfecta de cariño, cuando nos fundimos en esos abrazos eternos junto al Luciano. Mi princesa hermosa, tierna y cariñosa, te has transformado en una niña grande que se pasea feliz por la vida regalando amor y ternura. Con tu mirada de Gato con Botas que practicamos tantas veces, estoy seguro que con esa mirada, siempre lograras mucho más que una sonrisa.
Pronto estaremos juntos, y la espera de estos meses me permiten apreciar a la distancia todo lo que has crecido y cuanto amor me has entregado en estos años. Te quiero. Feliz Cumpleaños.
Papá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario