jueves, 29 de agosto de 2013

La meva casa (mi casa)


  Sería fantástico poder explicarles con tanto detalle, como es el barrio donde estoy. pero me puedo perder en eso y no contarles lo importante, que son las sensaciones que da caminar por aqui. 

  En la esquina están mi nuevos amigos de la Penya Barcelonista, donde en un rato tengo mi mesa reservada ya, para ver el partido de la Supercopa entre el Barcelona (voy a tener que encontrar la letra para escribir barcsa) y el Atletico de Madrid. http://youtu.be/nh_0rCpyWiE El piso está a 2 cuadras de la Rambla Catalunya, donde el otro día me fui a caminar hasta el mar. Las calles son anchas aqui, cumplen la regla del octágono al llegar a cada esquina, para los más ociosos mírenlo en Google Maps o con street view. para los que son como yo, mucho espacio.
Ya reconozco las calles cercanas, Corsega, Roselló, Provensca, Valencia, Balmes y la que más me gusta D’enric Graneros. Todas llenas de su encanto, no hay ninguna igual a la anterior, y a cada esquina siempre un café con algo distinto.

  La carrer de D’enric Graneros es una calle semipeatonal, es decir es ciclovía y pasan motos, tiene muchos arboles y esta llena de locales de tapas y restorantes que ya probaré. Me gusta pensar que estoy montando un perimetro a pie, para luego ampliarlo cuando me inscriba en las bicis del ayuntamiento, luego les cuento. 
Buscando telefonos públicos, y haciendo hora para que la diferencia de horario sea prudente en Chile, me he dedicado en las noches de esta semana a caminar por el barrio, y mientras espero, me meto en un bar de tapas a tomar una caña de cerveza, un pan tomaquets o simplemente a escribir cartas.

  La otra noche entre al bar Mediterraneo y estaba una catalana preciosa (es una redundancia, porque todas son lindas) cantaba con su guitarra canciones que en mi perra vida había escuchado, acompañada solo de su guitarra y con una voz dulce y a la vez llena de fuerza.
  Cuando cantó Lucha de Gigantes, que de paso es la única que conocía, entre los intentos fallidos por comunicarme y las cañas de cerveza, me terminé preguntando si la letra me hacia juego. “Monstruo de papel, no sé contra quien voy...” y en fin me creo capaz de luchar contra la distancia y también contra la nostalgia, con una armadura de papel tan endeble, pensando que ese es el enemigo. Terminé la caña de un sorbo, y salí al telefono decidido a volver a marcar, y ahí estabas, llena de asombro y yo lleno de felicidad. Por fin puedo decir tan lejos, tan cerca. Esa noche dormí mejor que nunca, déjenme pensar que fue por el acierto de esperar en ese bar de tapas, aunque es probable que las cañas me ayudaran.
Me tengo que ir, el depto esta en el quinto piso y ya escucho a los culé gritando allá abajo.







Fins Aviat (hasta pronto).

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